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Doña Alicia: adiós a la infanta más longeva

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El 28 de marzo de 2017 quedará en la historia de la Real Casa de las Dos Sicilias como el día del fallecimiento de S.A.R. doña Alicia de Borbón-Parma y Habsburgo-Lorena, Infanta de España, princesa de Parma y de las Dos Sicilias, que fuera Duquesa de Calabria y Condesa de Caserta por su matrimonio con el Infante don Alfonso, hijo a su vez de la Princesa de Asturias doña Mercedes. El 13 de noviembre hubiera cumplido 100 años, casi una centuria de una rica vida dedicada a su extensa familia. Toda la más cercana estaba a su lado cuando entregó su alma al Creador a las 13:30 horas.


Quienes la hemos conocido sabemos de su valía personal, su austeridad, su lealtad a la causa de su marido y de su hijo,y su proverbial bondad. La recuerdo sentada, con la dignidad de una verdadera princesa y el dolor inmenso de una amante madre ante el cadáver del Infante don Carlos, cuando yo hacía guardia como caballero constantiniano de San Jorge –de la que su marido y su hijo fueron grandes maestres– en la capilla ardiente del anterior Duque de Calabria. No hace mucho recibía en su casa la cruz del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid. Nadie mejor que ella para ostentar tal emblema. Nobleza en su vida, en sus actos, fidelidad a Dios, lealtad inmarcesible.

Nacida en Viena

Tengo el honor y la fortuna de colaborar cercanamente con su nieto don Pedro de Borbón Dos Sicilias y Orléans, Duque de Calabria, ahijado de doña Alicia y del Conde de Barcelona. Recientemente le vi cansado y apenado. No era para menos. Adoraba a su abuela y puedo decir que la adora porque para los que creemos sigue viva en el cielo. En esta última temporada él dormía cada noche en casa de doña Alicia, haciéndole una compañía que nunca dejó de aportarle. Ese amor se manifestó hoy, cuando me escribió que estaba feliz porque está convencido de que ha ido directamente al cielo.


Esta princesa, decana de todas las infantas de España a lo largo de la Historia, era hija de Elías I, duque de Parma, y de la archiduquesa María Ana de Austria. Nieta del último soberano reinante del Ducado de Parma, Roberto I, gozando de impoluta e impresionante genealogía fue experta cazadora –la finca paterna Glasshütte, en Austria, fue testigo de ello–, amante del campo, los caballos, los perros y de la naturaleza en general, como toda su familia. Asistió a la jura y a la abdicación de su sobrino Don Juan Carlos I, así como a las bodas de sus hijos y nietos. Fue la única de los hijos de sus padres en contraer matrimonio. Aunque había nacido en Viena, donde su familia gozaba del amparo de la Casa Imperial a la que su madre perteneció, vivió en la finca de La Toledana, Ciudad Real, –donde murió en 1949 su hermana Juana–, y en Madrid –en sus últimos años– para poder recibir la atención que le convenía. Tuvo tres hijos con el Infante don Alfonso de Borbón Dos Sicilias y Borbón, Duque de Calabria: la princesa doña Teresa, el ya mencionado Infante don Carlos, anterior Duque de Calabria, y la princesa doña Inés. Su matrimonio fue presidido por don Fernando Pío, Duque de Calabria, como Jefe de la familia del novio, y a él asistió don Alfonso XIII. Doña Alicia era sobrina de Zita, emperatriz de Austria, del zar Boris III de los Búlgaros, de la reina Ana de Rumanía y del gran duque Juan de Luxemburgo.


Indudable Infanta de España como esposa de un Infante y según es usual en la Familia Real Española cuando el matrimonio era conforme a las leyes dinásticas. Y conservó ese título gracias a la disposición transitoria tercera del R.D. 1368/1987, de 6 de noviembre sobre títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes. Esta gran señora, considerada por algunos legitimistas estuardianos sucesora de las coronas de Inglaterra y Escocia, nunca prestó atención a esas veleidades. Murió como había vivido, rodeada del amor de los suyos.

Los Reyes Eméritos, en la capilla ardiente

Doña Sofía y Don Juan Carlos acudieron hasta la capilla ardiente de doña Alicia en el Tanatorio de La Paz (Tres Cantos), donde se celebró una misa en su memoria. A su llegada dieron sus condolencias a la princesa Teresa de Borbón-Dos Sicilias, hija de la difunta (en la imagen frente a Don Juan Carlos) y a su esposo, don Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna (en la imagen frente a Doña Sofía). Como Infanta de España, doña Alicia tenía derecho a ser enterrada en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial. Sin embargo, por su expreso deseo, recibirá sepultura en el panteón de la familia Borbón-Parma en Austria, su país natal.