Este año ha sido uno de los más importantes de la última década para las monarquías europeas. La coronación del rey Carlos III de Inglaterra supone el inicio de una era en el continente y el resto del mundo. Pero, sin duda, otro de los grandes acontecimientos que nos deja el 2023 ha sido el Jubileo de Oro del rey Carlos Gustavo de Suecia, el segundo monarca más longevo de Europa por detrás de Margarita de Dinamarca. Tantos años sosteniendo la corona Bernadotte han dado para mucho. Su carácter seco y serio así como algunas de sus opiniones le han valido duras críticas en determinados momentos, pero debemos reconocer que ha sabido jugar el papel que le corresponde, pues la monarquía goza de buena salud en su país, tanto que el 60 por ciento de los suecos la aprueban en un contexto que no es tan favorable para otras casas reales. 

Carlos Gustavo de Suecia se convirtió en el heredero al trono con solo cuatro años tras la muerte de su padre, el entonces príncipe, en un accidente de avión que se produjo en 1947. Esta circunstancia le llevaría, años después, a asumir la corona siendo realmente joven, a los 27 años. Los suecos llevan toda la vida teniéndole como referente y su imagen ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Pasó de ser un príncipe afable y risueño a convertirse en un rey serio, asumiendo un carácter más frío y reabriendo así el debate del equilibrio que los miembros de algunas monarquías buscan entre despertar simpatías o mantener un papel regio más propio de la Corona. Esa es otra cuestión porque, en cualquier caso, a Carlos Gustavo le avalan las cifras: su pueblo le quiere. A pesar de los escándalos que ha habido, derivados de algunos juicios de valor, su reinado nunca se ha cuestionado. 

Las críticas que el monarca ha recibido en el último año han sido, sobre todo, por sus declaraciones en un documental que emitió la televisión pública sueca a principios de 2023. En él, el soberano cuestionó la actual ley de sucesión, cuya aplicación concede el derecho sucesorio a la primogénita, la princesa Victoria, y no al varón Carlos Felipe, algo que el rey esperaba que ocurriese en su día. El soberano nunca se llegó a retractar, pero sí emitió un comunicado poniéndose del lado de la princesa, apoyando la digna sucesión por parte de esta y mostrándose dolido por las críticas recibidas. 

El apoyo de Carlos Gustavo de Suecia a su hija es total. Tanto, que con motivo del Jubileo la Casa Real difundió fotografías oficiales de él junto a ella y su nieta, las tres generaciones actuales de los Bernadotte, el presente y el futuro de una monarquía de hierro. 

La Ley Sálica fue derogada por el Parlamento Sueco en 1979. Así, la sucesión monárquica dejó de ser en favor de los hombres. Esta medida se tomó después de que Carlos Felipe, el hijo de los reyes, naciera, y entró en vigor en 1981, por lo que él, realmente, fue durante dos años heredero al trono. Su hermana mayor, la princesa Victoria goza hoy de una gran popularidad, más incluso que su padre según una encuesta elaborada por el Instituto SIFO. En términos generales, ese respaldo que los ciudadanos dan a sus reyes y a la princesa contrasta con la apatía de la clase política hacia la Corona. Tanto el Parlamento como el propio Gobierno evitan hacer gala de un apoyo exhaustivo a la Casa Real, manteniendo una distancia que muchos han considerado excesiva. Si bien es cierto que hay una clara separación entre los políticos y la realeza, que esta debe existir y que juegan papeles diferentes en el tablero democrático, hay voces que hablan de un exceso en el caso de las relaciones entre Gobierno y Corona en Suecia. El biógrafo oficial del rey Carlos Gustavo de Suecia, Herman Lindqvist, apunta al aumento de un sentimiento republicano entre la mayoría de partidos políticos aunque ninguno con representación parlamentaria defienda dicha causa.

Pese a la sospecha de una sombra republicana en el parlamento, ciñéndonos a los hechos, no ha habido voces críticas con el rey. No las ha habido ahora, porque cuando asumió el trono hubo muchas personas que cuestionaron su idoneidad para afrontar el reinado. Siendo príncipe, Carlos Gustavo fue duramente criticado en la prensa y los medios de comunicación. La dislexia que sufre y que, entonces, era bastante notable, sumada a sus bajas calificaciones en algunas materias como consecuencia de esta, fueron objeto de burla en muchos casos. La crítica llegó a tal punto que el entonces primer ministro Olof Palme se atrevió a decir que el país se encontraba a un paso de la república. Mucho ha cambiado la situación desde aquello. La aceptación que el rey tiene hoy en día es una prueba de que Carlos Gustavo de Suecia lo ha hecho bien, pero no debemos olvidar que no fue fácil: tuvo que ganarse el apoyo de un pueblo que desconfiaba de él.

Pese a la imagen que muchos medios retrataron del hoy rey, hay que reconocer que su currículum académico es brillante, como el que se esperaría en la actualidad de cualquier heredero. Carlos Gustavo de Suecia se formó en los tres Ejércitos de su nación: Tierra, Mar y Aire. Además de la formación militar, también estudió Economía, Historia, Ciencias Políticas, Derecho y Sociología. Lo hizo en las universidades de su país, las de Estocolmo y Uppsala. Su preparación, realmente, es y era entones incuestionable. 

El papel del soberano sueco en la democracia de esta nación también ha cambiado con el paso de los años. Un reinado tan dilatado hace que el soberano se enfrente en más de una ocasión a los cambios de una sociedad cada vez más moderna. Por eso mismo, la Institución también se ha transformado, siempre en consonancia con la tradición y la propia herencia histórica que la sostiene. En 1975 hubo un cambio sustancial en el papel que el monarca debía seguir jugando. Una modificación en la Constitución llevó al soberano a asumir un papel más representativo y menos práctico a ojos de muchos. Antes de esa fecha, tenía autoridad para intervenir en determinados asuntos administrativos de Suecia, cosa que ya no. Los ciudadanos entendieron este cambio como una forma de modernizar la institución. 

La Casa Real sueca ha caminado en los últimos años, como otras en Europa, hacia una imagen más austera. En la actualidad, y desde 2019, solo él, la reina, la princesa Victoria y su esposo reciben una asignación de dinero público, nadie más en la familia real. 

Carlos Gustavo de Suecia es el único rey que han conocido los menores de 60 años. El soberano es ya una leyenda viva de las casas reales europeas y del mundo. En este largo periodo sosteniendo la corona ha sabido aumentar la popularidad de la monarquía mejorando la suya propia, y ha reforzado la Corona convirtiéndola en algo relativamente poco cuestionado en su país. Para ello, ha dado importantes pasos, asumiendo un papel muy representativo, ajustando sus cuentas e intentando evitar la polémica, algo que no siempre ha conseguido. No obstante, el 2023 ha sido uno de los años más importantes para él y su nación, también para el resto de Europa, todo marcado por un Jubileo que los suecos celebraron por todo lo alto dejando claro su afecto y apoyo hacia el rey.