De Felipe II a Felipe VI: cuatro visitas de Estado al Reino Unido

Este martes 11 de julio del 2017 Sus Majestades los Reyes emprendían una visita de Estado al Reino Unido, a la que se le ha querido otorgar el más alto nivel por parte de ambos países, y especialmente por parte de la Casa Real británica, como se han encargado de señalar los diferentes medios de comunicación.
Felipe II, con el medallón de la Orden de la Jarretera

Han pasado exactamente 463 años desde que un rey español realizara por primera vez una visita de este nivel. El hecho de que el viaje de nuestros actuales reyes haya tenido que ser aplazado hasta en dos ocasiones -por la interinidad del Gobierno español, y por el adelante de las elecciones británicas- ha hecho posible la coincidencia en el mismo mes del año y prácticamente en los mismos días con aquella primera ocasión. En efecto, fue el 13 de julio de 1554 cuando zarpaba Felipe II desde La Coruña rumbo a las islas británicas. Unos meses antes se habían firmado en Londres las capitulaciones matrimoniales por las que se estipulaban las condiciones del futuro enlace entre el rey español y la reina británica María Tudor. Una vez en tierra inglesa, y al igual que acaba de ocurrir con su descendiente, Felipe II recibió la Orden de la Jarretera, antes de conocer a su prometida y contraer matrimonio con ella en la catedral de Winchester el día 25 de julio. El matrimono duraría poco tiempo ya que la reina falleció cuatro años después, el 17 de noviembre de 1558, lejos de su marido, quien, tras haber pasado una buena parte de ese tiempo en sus dominios de los Países Bajos y tras haber sido proclamado rey de España en 1556, como consecuencia de la abdicación de su padre, había abandonado definitivamente las islas británicas en la primavera de 1557. 

Hubo que esperar más de tres siglos y medio para que se repitiera una visita de Estado por parte de monarca español al Reino Unido. Fue en junio de 1905 y el soberano que la realizaba era el joven Alfonso XIII que, tan solo tres años antes, declarado mayor de edad a los 16 años, había comenzado a reinar efectivamente, poniéndose fin a la regencia desempañada por su madre, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. También en esta ocasión el viaje se saldó con el matrimonio del rey español. Alfonso XIII y Eduardo VII tuvieron muchos asuntos de carácter político y económico que tratar. España se había encaminado hacia el eje franco-británico a partir del convenio franco-español de 1904 para la delimitación de Marruecos en zonas de influencia, y tan solo un año después de la visita de Estado, se celebraría la Conferencia de Algeciras (España, Reino Unido, Francia y Alemania) que establece el protectorado sobre Marruecos para España y Francia. Pero, a parte de estos temas, otro asunto de Estado era el matrimonio del monarca español, que se había mostrado decidido a encontrar esposa. 

De entre las dos candidatas, las princeas Patricia de Connaught y Victoria Eugenia de Battenberg, ambas nietas de la reina Victoria, fue la relación con la segunda la que cuajaría, convirtiéndose en marido y mujer al año siguiente en Madrid, boda teñida de luto al resultar muertas 28 personas y heridas más de 100 en el atentado anarquista contra los reyes, perpetrado en la céntrica calle Mayor. 

Su nieto, el rey Juan Carlos I, en compañía de la reina Sofía, marcaría otro momento histórico en las relaciones entre ambos países con la visita de Estado que realizó en 1986. “Los reyes Juan Carlos y Sofía inician hoy una visita de Estado de tres días de duración, la primera que realiza un monarca español al Reino Unido en los últimos 80 años, destinada a reforzar los lazos de amistad entre dos monarquías milenarias y dos socios recientes de la Comunidad Económica Europea”, consignaba en sus páginas el díario El País. En efecto, algo más de diez años antes España había vuelto a tener un rey en el trono tras una ausencia de más de cuatro décadas. Y, por otro lado, las relaciones entre ambas naciones entraban en una nueva época, en el ámbito de la CEE. 

Doña Sofía, junto al Duque de Edimburgo, en la capital británica

En este viaje, Don Juan Carlos se convirtió en el primer monarca extranjero en dirigirse al Parlamento británico, alocución tras la cual mantuvo una entrevista seguida de un almuerzo con la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher. Además de una serie de actos culturales, que incluyeron el nombramiento del monarca español como Doctor honoris causa por la Universidad de Oxford, la reina Isabel II ofreció a sus invitados un almuerzo en el castillo de Windsor, al que los reyes correspondieron con una cena en la embajada de España, como acto final de la visita. 

El viaje que están realizando ahora Don Felipe y Doña Letizia guarda algunas semejanzas con el que llevaron a cabo sus predecesores. Su anfitriona es la misma reina; al frente del 10 de Downing Street vuelve a estar una mujer; el monarca español se dirigió también al Parlamento; en su discurso ha estado de nuevo presente Gibraltar… Pero las diferencias son muy notorias. Sobre todo en el terreno político y económico. Precisamente la etapa que se abría en 1986 en las relaciones entre España y el Reino Unido se cierra en estos meses, con el proceso de salida de este último de la Unión Europea. Una época nueva se abre, y esta visita de Estado -la cuarta en la historia- está sirviendo para afirmar con claridad la determinación de ambos países de que, a pesar de desarollarse en circunstancias distintas, esté marcada por la amistad, la concordia y la estrecha colaboración.