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Los Habsburgo en España y Hungría: dinastía y diplomacia

España y Hungría construyeron unas sólidas relaciones en la Edad Moderna gracias al vínculo dinástico de sus monarcas y a una importante política matrimonial. Ambos países privilegiaron estas relaciones, expresándolo simbólicamente en los rituales y ceremonias de Corte.
Brepols 2021 Borito

Las relaciones entre las Monarquías hispana y húngara hunden sus raíces en la Edad Media, marcadas fundamentalmente por los vínculos dinásticos entre los monarcas de la casa de los Árpád y los miembros de la Corona aragonesa: el rey Imre (Emerico) de Hungría (1196–1204) se casó con Constanza de Aragón (1179–1222), y una generación más tarde el matrimonio de Jaime I de Aragón, el Conquistador (1213-1276) y la princesa Violante de Hungría (1215–1251) unió a las familias reales de ambos territorios. Pero será con los Habsburgo cuando esas relaciones alcancen su época dorada.

La situación del Reino de Hungría cambió a principios de los siglos modernos: el reino húngaro, que había sido una potencia media centroeuropea antes de la batalla de Mohács (1526), se dividió en tres partes tras la conquista otomana de Buda (1541): la parte central del reino medieval cayó en manos de los otomanos, mientras que las partes septentrional y occidental del Reino de Hungría permanecieron. Sus gobernantes eran miembros de la rama austriaca de la Casa de Habsburgo, elegidos por la nobleza húngara, en los siglos XVI y XVII. La tercera parte se convirtió en un nuevo estado, el Principado de Transilvania, cuyo príncipe era vasallo del sultán otomano, pero se le permitía gobernar con relativa autonomía. La sede real medieval de Buda cayó en manos otomanas, y la corte se tuvo que trasladar fuera del reino, a Viena, mientras que la sede de la Dieta húngara y la administración de la iglesia se trasladaron a las ciudades de Posonio (Bratislava) y Nagyszombat (Trnava), en el oeste de Hungría. 

Todo ello determinó durante varios siglos la relación entre los soberanos de la Monarquía compuesta de los Habsburgo y la nobleza del Reino de Hungría. Hungría se convirtió en una de las zonas de mayor valor político, militar y económico, pero durante mucho tiempo peligrosa, debido al avance otomano.

En el siglo XVI, muchos soldados españoles pasaron temporadas —de mayor o menor duración— en Hungría, que era azotada regularmente por las campañas del sultán el Soliman I Magnífico. Se sabe que muchos nobles y cortesanos españoles estuvieron al servicio de Fernando I, nacido en Alcalá de Henares (1503–1564). Gracias a recientes investigaciones, sabemos cada vez más sobre las unidades de mercenarios españoles que fueron enviadas a Esztergom, Visegrád (década de 1530), Szolnok y otras fortalezas húngaro-croatas, como Bernardo de Aldana, Álvaro de Sande o Giovanni Battista Castaldo. En otro casos, las fuentes que han sobrevivido en los archivos de Viena, España, Hungría y Eslovaquia, completamente dispersos, nos permiten reconstruir con detalle las carreras militares y las historias de vida de algunos de estos personajes. Tal es la vida de Melchor de Robles (†1565), educado en la corte de la futura esposa del emperador Maximiliano II (María de Austria), con quien se trasladó a Viena, desempeñando diversos cargos militares, y cuya trayectoria es una de esas carreras militares cuyos protagonistas se enfrentaron a la amenaza otomana tanto en el Mediterráneo como en Europa Central.

Relaciones diplomáticas privilegiadas entre los Habsburgo

Tras el reinado de Fernando I, el destino de los territorios occidentales (Flandes, España), meridionales (los virreinatos italianos), centroeuropeos (las provincias hereditarias) y orientales (el Reino de Hungría y los países de la Corona de Bohemia) de la Casa de Austria se entrelazó con frecuencia a lo largo de los siglos XVI y XVII, cruzándose regularmente decisiones políticas y trayectorias vitales. La interdicción marítima y terrestre del Imperio Otomano, la cooperación diplomática en toda Europa, los conflictos fratricidas de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y las batallas ganadas y perdidas conjuntamente, la ayuda financiera y las campañas de propaganda conjuntas, además de los territorios españoles, alemanes y austriacos, muy estudiados hasta ahora, contaron con la participación directa o indirecta del reino húngaro y sus representantes.

Francisco de Moncada, Marqués de Aytona, embajador en la corte vienesa de los Habsburgo, por Anton Van Dick (Kunsthistorisches Museum, Viena)
Francisco de Moncada, Marqués de Aytona, por Anton Van Dick (Kunsthistorisches Museum, Viena)

Eleonora Anna Gonzaga (1598–1655), segunda esposa del emperador Fernando II (1619–1637), fue coronada reina de Hungría en la Dieta húngara de Sopron el 26 de julio de 1622. De acuerdo con la antigua tradición y costumbre del país, la Santa Corona húngara fue tocada en el hombro derecho de la reina consorte, significando simbólicamente que la reina sería un pilar de apoyo para su marido en el gobierno de Hungría. Como era costumbre, la ceremonia fue seguida de un banquete festivo de coronación, al final del cual, según el relato del embajador español en Viena, el conde de Oñate, Íñigo Vélez de Guevara y Tassis (1617– 1624), se celebró un baile festivo. De la relación del diplomático español se desprende una información reveladora y muy simbólica: tras el baile de apertura —a cargo del emperador y la emperatriz—, el embajador fue el segundo en bailar con la emperatriz. Una descripción similar se conoce sobre la coronación del hijo de Fernando II, Fernando III, en 1625, también en Sopron, y sobre la posterior celebración de fiesta y baile. También en este caso, el embajador de Felipe IV, esta vez el sucesor de Oñate, Francisco Moncada, Conde de Osona (III marqués de Aytona) (1624-1629), fue el primero en bailar con la emperatriz.

La expresión simbólica de las relaciones jerárquicas en las cortes de la época se cuidaba minuciosamente: esta posición privilegiada del embajador español era una señal más para los presentes de la importancia de la rama española de la Casa de Habsburgo y de sus representantes. Los embajadores que representaban a la persona de Felipe IV (1621–1665) gozaban del respeto de los miembros de la familia y eran los diplomáticos más prestigiosos en la representación de la corte de los Habsburgo en Viena, junto al nuncio papal, como embajadores del rey de España. Pero las fuentes citadas no sólo atestiguan el rango que ocupaba el embajador de la rama española en la representación de la corte. El gran número de fuentes en lengua española que se conservan sobre las coronaciones de los reyes y reinas húngaros atestiguan también que los centros de poder de la monarquía española estaban muy al tanto de los acontecimientos de la monarquía de los Austrias en Europa Central, dirigida por el emperador desde Viena, incluso en Hungría, que se había convertido en un teatro de guerra anti-turco, y que participaba en la Guerra de los Treinta Años.

Los matrimonios, pilares de la unidad dinástica

El hijo de Fernando II, el archiduque Fernando Ernesto, fue coronado primero como rey de Hungría (1625, Sopron) y luego rey de Bohemia (1627, Praga) en vida de su padre. Las coronas centroeuropeas fueron importantes peldaños para los miembros de la dinastía hacia el título culminante de emperador del Sacro Imperio, y también fueron las condiciones para los matrimonios dinásticos entre las dos ramas (española y austriaca). También en el caso del archiduque Fernando Ernesto, su padre apoyó la coronación de su hijo como rey de Hungría en diciembre de 1625 porque Felipe IV había puesto como condición la adquisición de al menos un título real para que el joven archiduque consintiera su proyectado matrimonio con la infanta María Ana, hermana de Felipe IV. 

Las relaciones dinásticas entre las dos ramas de la Casa de Austria eran de suma importancia y la forma más obvia de fortalecerlas era mediante los matrimonios entre miembros de las dos ramas. En otras palabras, los matrimonios dinásticos eran los pilares de las relaciones entre las dos ramas de los Habsburgo: el fortalecimiento de los lazos de parentesco (familiares) se traducía en una construcción política que presentaba a la opinión pública política europea la unidad de la dinastía y la alianza política de sus dos ramas, que en realidad, por supuesto, no solía estar exenta de diferencias de intereses. Estos matrimonios, al igual que las coronaciones y ceremonias fúnebres de los miembros de la dinastía, tanto en España como en Viena, Bruselas o Praga, permitían representar el poder de la majestad y de la dinastía de diversas formas.

Una historia común cada vez mejor conocida

Portada libro sobre la Corona de los Habsburgo.

En los últimos años, la colaboración académica hispano-húngara se ha intensificado, fruto de lo cual se ha avanzado notablemente en el conocimiento de la historia compartida. Uno de los hitos que marcan este camino fue el simposio internacional sobre la representación de la majestad y el poder en el Reino de Hungría y la Monarquía española en los siglos XVI-XVIII, celebrado en Budapest en abril de 2016. Desarrollado el Palacio Erdődy, en el castillo de Buda y con el apoyo del Programa HISPANEX (Programa del Ministerio de Cultura y Deporte de España), contó con amplia participación de investigadores españoles. También en 2016 se estrenó en DVD una película documental histórica titulada «En busca de la Santa Corona y nuestros Tesoros de Coronación» (dirigido por Krisztián Bárány), que resume los principales descubrimientos del grupo de investigación húngaro. La película, subtitulada en ocho idiomas, entre ellos el español, se presentó a finales de 2022 en la Universidad Autónoma de Madrid. 

De esta manera, siguiendo los pasos de las ramas española y austriaca de la Casa de Habsburgo, queremos ahora contribuir juntos a que la historia de Europa Occidental y Central no se separen.

Sobre el autor

Tibor Martí es doctor en Historia y licenciado en Historia y Filología Húngara por la Pázmány Péter Catholic University. Especialista en historia de las relaciones entre España y Hungría en la Edad Moderna, es miembro del Grupo de Investigación “Lendület” Santa Corona (proyecto de la Academia de Ciencias de Hungría), dirigido por el profesor Géza Pálffy, con sede en Budapest. Ha coordinado, junto con Roberto Quirós Rosado, el libro Eagles looking East and West: Dynasty, Ritual and Representation in Habsburg Hungary and Spain (ed. Brepols, 2021), en la que contribuye con un capítulo dedicado a miembros húngaros de la Orden del Toisón en el siglo XVII.

Portada libro sobre los Habsburgo de España y Hungría.